ESCORPIÓN

Localización: Catedral de Notre Dame París, Francia.
Análisis Iconográfico: Figura descendente con ocho patas y rostro con rasgos humanizados (Carácter teriomorfo), su nariz recuerda a las de los simios, posee una cola que termina en una cabeza, que posiblemente coincida con la iconografía propia de un ser mitológico el dragón, en su espalda pueden observarse lenguas que recuerdan a las llamaradas solares, saliendo de su boca elementos ornamentales de tipo vegetal.
Análisis iconológico: Los dos artrópodos más importantes en la mitología mesopotámica son el escorpión y la araña. Cloudsley-Thompsom (1986) recoge diversas referencias en las mitologías propias de la región (hasta incluso en la mitología Persa) relacionadas con el escorpión. Este fue una de los primeras constelaciones reconocidas en el firmamento por los astrónomos de Babilonia entre el IV y el II milenio a. C.

 
Fig. -Otro escorpión en la portada de Chartres en Francia.

A pesar de esta identificación, los escorpiones son considerados elementos malignos y con frecuencia el escorpión recibió el trato de ‘demonio’ (así aparece en la Biblioteca de Asurbanipal, s. VII a.C.). Además de ser animales agresivos y un peligro directo por sus hábitos de caza por contacto, haciendo que fueran considerados animales malignos asociados a lugares duros, yermos e inhóspitos, simbolizando la sequía y el desierto.
 
Así, por ejemplo, el pueblo qutu, ‘bárbaros del norte’ de los que apenas hay noticias, eran conocidos por los sumerios como los ‘escorpiones de las montañas’

 
 
Fig.-
 - Los kudurrus son documentos que se usaron en Mesopotamia para dejar constancia de las cesiones reales de tierras, por lo que aparecían señalando fronteras o límites.
En la figura se muestra uno de tiempos de Nabucodonosor I (hacia 1.140 a.C.), con dos representaciones diferentes del escorpión. Detalle, una figura antropomórfica, relativa al demonio escorpión o al pueblo quto, conocido como escorpiones de las montañas.
 
 
 
De la madre Araña a demonio escorpión- Antonio Melic; REVISTA IBÉRICA DE ARACNOLOGÍA (BOLETÍN), 5(2002): 112–124.
 
 
Los escorpiones parecen jugar un papel ‘amenazante’ hacia los potenciales invasores, y por tanto, serían un símbolo  protector  frente  a  los  nativos. Otra muestra de estas ideas es el personaje Pazuzu, un importante demonio mesopotámico y una criatura de cabeza deformada, con alas de águila, dientes y garras de león y cola de escorpión
 
Fig. - Dios Pazuzu


Se trata de la personificación de la tormenta que causa desastres y, por supuesto, es un habitante de los desiertos. Sin embargo, es el protector de las plagas y de otras fuerzas del mal. Resulta bastante evidente que los sumerios y asirios temían a los escorpiones por las razones anteriormente indicadas, pero al mismo tiempo, percibían el servicio ecológico que brindaban en su lucha contra los fitófagos. Por tanto, los escorpiones jugaron un papel dual, complejo, mucho más rico en matices que el actual. Eran seres poderosos, malignos, pero que podían resultar beneficiosos en ciertas circunstancias (al menos en sociedades agrícolas).

 

La ambivalencia del escorpión se ve ratificada en los mitos más antiguos sumerios, en los que se relaciona directamente con la diosa Inanna, una divinidad creadora, madre de los dioses. Es preciso señalar que el número de divinidades entre estos pueblos no tiene nada que envidiar en densidad y mestizaje al panteón egipcio, quien probablemente impor algunos elementos y que con frecuencia el nombre de estas diosas fue cambiando, aunque manteniendo en esencia sus poderes y facultades. Inanna fue conocida entre los acadios como Isthar y como Atargatis por los asirios. Las diosas mencionadas son un arquetipo que se repite en muchas otras culturas posteriores relacionadas con la diosa madre o diosa de la fertilidad.

 

Esta parece una tradición que arranca en el Neolítico y que se extendió por casi todo el Mediterráneo (Gimbutas, 1989; Gimbutas & Marler, 1991; Husain, 1997, entre otros). En los orígenes, la diosa es representada inicialmente como una figura de pechos enormes, grandes caderas y abdomen, bien como exponente de carnalidad femenina, maternidad o todo a un tiempo. El agua es un elemento estrechamente vinculado a la diosa, como fuente de vida. Probablemente el sentido conjunto pretende enfrentar los símbolos de vida y muerte como un todo.


Fig. - Diosa sumeria de la fertilidad (Inanna) rodeada de escorpiones.Ur, hacia 2400 a. C. (de Johnson, 1994).
 



Figs.- Reproducción de un sello real donde dos escorpiones rodean otro símbolo de Inanna, la roseta. Sumer, hacia 3300 a. C. (de Johnson, 1994). Y Cerámica sumeria (hacia 5.000 a. C.) con cuatro mujeres formando una esvástica rodeadas de ocho escorpiones (de Johnson, 1994).
 



La mitología e iconografía del Egipto faraónico son unas de las más ricas y variadas del mundo antiguo. Los egipcios llenaron sus hogares, templos y tumbas de obras artísticas de todo tipo: pinturas, esculturas, ornamentos, utensilios, joyas, amuletos... al contrario, se trata de un fenómeno totalmente religioso o al menos mágico, a través de los cuales se representaban sus creencias e ideas sobre la naturaleza del cosmos y éstas llegaban a confundirse de tal modo que en ocasiones era preciso alterar los símbolos para evitar su picadura (es el caso del escorpión sin cola o la serpiente con un puñal clavado en su espalda).
 

Fig. - Amuleto de bronce de la XXVIª dinastía representando a Selket.


Los egipcios utilizaron ampliamente a los insectos en su iconografía y mitología, así como al escorpión. Como todos los animales peligrosos el escorpión recibió en Egipto una veneración divina. Representa junto a la serpiente una encarnación de las potencias del caos amenazantes del orden del mundo. Sin embargo, si se podían dominar resultaban beneficiosos.


Tal vez por ello se llevaban pequeños amuletos en el periodo Arcaico, posiblemente como protección. El escorpión era ya previamente conocido como signo zodiacal. Inicialmente fue asociado a un rey –denominado Rey Escorpión, aunque posteriormente sus poderes fueron asociados a la diosa Selket, protectora de nacimientos y de los cadáveres momificados durante el enterramiento.
      
 
Fig.-Diosa Selket y detalle corona con escorpión.
 
 
 
Los distintos mitos antiguos mediterráneos y los mesopotámicos sin duda estuvieron relacionados entre bien por contactos directos o bien gracias a contaminaciones mitológicas producidas a través de otros pueblos. Los Fenicios, por ejemplo, debieron actuar como elemento dispersados de este tipo de creencias, debido a su actividad mercantilista a través de todo el mediterráneo.

 
Figs.- Relieve procedente del palacio del monarca asirio Sargón II, en Khorsabad, datado en el s. VIII o VII a.C. Representa unas naves fenicias transportando troncos de árboles (los fenicios utilizaban la madera del Líbano para la fabricacn de sus naves). Entre ellas aparecen representados muchos animales, en su mayoría acuáticos, pero también otros terrestres como el escorpión.
Los romanos apenas realizan aportaciones significativas a la iconografía artrópoda. Las principales hay que buscarlas en textos escritos como los de Plinio y Claudio Eliano, que no obstante tienen más de obra enciclopédica o recopilatoria, que de investigación novedosa. La expansión del cristianismo y otras religiones monoteístas fue un elemento importante, y esencial en la erradicación de la adoración de animales (Zoolatría) y el paganismo, así como la restricción en el uso de motivos alegóricos y simbólicos.
 
Cuando los libros sagrados (El Corán y la Biblia) citan a los artrópodos suele ser de manera escasa y con una profunda carga negativa, relacionándolos con el mal o con su representante más directo, el diablo.
 
En general, Oriente no ha destacado por las referencias artrópodas en su mitología. Las razones pueden estar relacionadas con sus creencias respecto a la reencarnación o retorno. Recordemos que el peor destino posible para un alma era volver como invertebrado, especialmente en el caso de insectos de vida efímera que nacen y mueren en un solo día y que, en consecuencia, no tienen tiempo de producir un ‘karma’ capaz de permitirles un renacimiento mejor. Ello daba lugar a una serie de renacimientos sucesivos e inútiles, un infinito laberinto del que difícilmente se podía escapar.
 
El alacrán juega un importante papel entre los mayas. Identificado perfectamente con la constelación de escorpión, es el dios de la caza entre los mayas (su nombre significa ‘Signo de Dios Muerte’). Los aztecas lo dedicaban al ‘Señor de los Infiernos’ y lo representaban por el fuego, ya que su picadura era como una quemadura. (De ahí la representación en la gárgola que nos ocupa de la cabeza de Dragón al rmino de su cola.) Se conocen varias divinidades antropomorfas que portan a su espalda una ‘cola de escorpión’.

 
 
Fig.- Detalle del códice Borbónico en el que aparece un escorpión junto a una tumba.

 

Figs. -Detalle cola del escorpión de Notre Dame finalizada en cabeza de Dragón.
 
 
 
Por último, y  siguiendo el Romance de la rosa del siglo XII, el jardín representado y sus fuentes son la representación de los actos amorosos y de los pecados carnales destacando entre ellos un grupo que porta algo semejante a un escorpión que incluye un acróbata ejerciendo sobre la cola del artrópodo.
 
 
 
Fig.- personajes portando el caparazón de un escorpión, con acróbata, oso y pájaro.
 
Siendo el escorpión referente de la maldad desde los antiguos griegos que vinculaban su figura a la de los hombres malvados, adoptando posteriormente los tertulianos su figura como emblema para los herejes, A pesar de esta identificación, los escorpiones son considerados elementos malignos y con frecuencia el escorpión recibió el trato de ‘demonio’ (así aparece en la Biblioteca de Asurbanipal, s. VII a.C.). Además de ser animales agresivos y un peligro directo por sus hábitos de caza por contacto, haciendo que fueran considerados animales malignos asociados a lugares duros, yermos e inhóspitos, simbolizando la sequía y el desierto, siendo por último Rábano Mauro[1], quien lo asociará para siempre con la figura del demonio, símbolo que adoptará la Iglesia para éste animal.


[1] Rabano Mauro: De rerum naturis
éste texto está extraído de la obra de éste mismo autor que fue su campo de estudio en su tesis de doctorado en 2012 de título "Gargolarium".
 
 
 
y de su otro libro...
 
 
 
 
 

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