GALLO/GALLINA
Localización: National Catedral
New York y Ayuntamiento de Barcelona
Análisis Iconográfico: Aparece
un ser que por su forma recuerda a una
gallina, pero que dispone de otros atributos como presas por piernas y manos con
tres uñas a modo de garras que no le pertenecen como especie, su rostro desencajado, nos muestra una clara sensación
de furia y desencaje. La segunda figura se trata de un ser de cabeza de gallo, con cuerpo de serpiente y alas que
sostiene entre sus patas delanteras un escudo a modo de representación heráldica, apoyándolo sobre
su pecho.
Análisis Iconológico: Durante
mucho tiempo los gallos y gallinas se han
empleado en rituales, ya que se creía en sus poderes como vehículo y talismán
con las fuerzas ocultas, usándose para desviar el peligro, llegando incluso
a sacrificarlos para derramar su sangre y dar de nuevo fertilidad
a la tierra.
El gallo se asocia con el coraje y la lucha, con la masculinidad y con el sol, anunciando su canto el amanecer y por tanto la victoria
de la luz sobre la oscuridad, siendo su sacrificio, como hemos visto, vinculado con la fertilidad,
en el cristianismo, el gallo es símbolo de la resurrección y su representación como veleta, representa la vigilancia, que todo lo ve, Siendo
la gallina símbolo del cuidado materno y de la protección, en el cristianismo, la gallina y sus polluelos, son símbolo de Cristo y sus fieles.
Ya en la época
clásica se hace
mención del gallo, las últimas
palabras de Sócrates según Platón fueron...”Critón, le debemos un gallo a Asclepios, asi que págaselo y no lo descuides…” Al analizar uno de los posibles sentidos
de la frase encontramos que Asclepios es el dios de la medicina, al que se le entregaba como ofrenda un gallo, al cual desde muy antiguo, se le
ha atribuido también virtudes medicinales, para curar la alectoria, que consiste en un cálculo de naturaleza pétrea
que se halla en el hígado, es continuo referente el gallo como sanador de enfermos, capaz de devolver la fe a los no creyentes y alejar a los demonios.
Los romanos
dividían la noche en cuatro ciclos, tarde (De 6 a 9), medianoche (de 9 a 12), canto del gallo o gallicinium
(De 12 a 3) y madrugada (De 3 a 6).
Es sin embargo, con la llegada del cristianismo, cuando adquirirá
una clara simbología religiosa,
ocupando un lugar muy destacado
en el folclore hispano, llegándose a usar éste animal para ordalías, que consistían en unas pruebas rituales usadas durante la Edad Media para establecer la certeza o falsedad
de una acusación, principalmente con fines jurídicos, una de cuyas
formas más conocidas era el “Juicio de Dios”.
Fig.
-Gárgola de gallo en Seo de Manresa, Barcelona (España).
Las referencias al gallo son muy variadas sobretodo en la literatura hagiográfica cristiana,
por ejemplo el canto del gallo por parte de los cuatro evangelistas, al
narrar la negación de Pedro, Sebastián de Covarrubias en su libro “Tesoro de la lengua castellana” comenta
su consideración de símbolo por éste predicador evangélico e incluso
llegando a llamar “Gallus
Mysticus” a Jesucristo, recordando
a su
vez al cantar el amanecer que recuerda al hombre que le espera otra vida, convirtiéndose por tanto en guardián de la vida eterna, en Job 38,36 se nos dice…”¿Quién
infundió al ibis y dio al gallo
inteligencia?”…
El libro de los proverbios (30,29-31) contiene
un juicio muy realista sobre la actitud
del gallo…”Hay tres seres de airoso andar y cuatro de hermoso caminar: el león, el
más fuerte de los animales que ante nada retrocede; el gallo, que marcha gallardo
entre las gallinas; el macho cabrío, que va delante de la manada;
y el rey, al frente de su pueblo”. Incluso los textos rabínicos
llaman al gallo “Geber” que significa macho, prohibiendo
en sus textos la cría de gallos en Jerusalén, motivada ésta ley fue promulgada por precauciones de orden de la pureza legal, aún sin embargo sabemos
que había gallos en Jerusalén por los evangelios, recordemos el episodio de la triple negación de Pedro…”y
en aquel momento cantó el gallo…”(Jn
18,27).
Son múltiples
a su vez las narraciones
o fábulas sobre gallinas , entre las más conocidas la de Esopo llamada “La
gallina de los huevos de oro”, aunque relacionada directamente con la fábula recopilada por Babrio, autor bastante desconocido, del que poco sabemos
salvo que vivió antes del siglo III d.C. y que vivió en Siria, por lo que sus fábulas estaban
influenciadas sin duda por las leyendas del Próximo Oriente….”Una buena gallina ponía huevos de oro y su dueño pensó que dentro
encontraría una masa de oro que la empreñaba. Y así la sacrificó y descubrió que era igual
que todas por dentro. Esperando conseguir una gran riqueza y apresurándose
a ello se vio privado de las pequeñas ganancias…” (Esopo, Fábulas, BCG.p.371).
Esopo nos regala varios ejemplos más en sus fábulas en las que la gallina es protagonista, así en “La comadreja médica y las gallinas” (aunque en la versión de Babrio el médico es un gato) dice….”Habiendo
oído una comadreja que en una granja
estaban enfermas unas gallinas, se disfrazó
de médico y tomando los instrumentos convenientes
de ésta ciencia, allí se presentó y deteniéndose ante la granja les preguntó cómo estaban. Las
gallinas respondiendo dijeron: “Bien, si tú te largas de aquí”. Así, también
los hombres malintencionados no pasan inadvertidos a los prudentes
por mucha honradez que finjan” (Ibid, p.43).
Por último, destacaremos otra fábula en la que la moraleja
moral es digna de reseñar y que nos dará pie a explicar una derivación de ésta especie
a monstruo mitológico, la citada fábula
es “La gallina y la golondrina” que dice así…”Una gallina se encontró unos huevos de serpiente, después de incubarlos cuidadosamente abrió los cascarones, Una golondrina que lo vio le dijo:”Tonta.¿Porqué te pones a criar lo que cuando
crezca comenzará por ti, la primera a hacer daño?”
De éste modo, la maldad no se deja amaestrar, aunque se le prodiguen
muchos cuidados” (Ibid, p.126).
Ésta fábula nos viene a colación para explicar
lo que en el imaginario
era el nacimiento de una criatura fantástica la “Cocatriz”, una evolución
del basilisco, documentado por primera vez por Plinio el Viejo. Su aspecto
es el de un gallo con cola
de lagarto, éste ser fue redescubierto a finales
del siglo XII, al encontrarlo en los
textos de Plinio el Viejo26, como duplicado del basilisco, pero con la diferencia que éste último
no tiene alas, mientras
la cocatriz si las tiene.
1 Historia Naturalis VIII.37.90.
Fig. -Imágenes de una Cocatriz y de un Basilisco.
En la obra citada de Plinio, se denomina “Basilisco” (del griego basileus, rey) o “pequeño rey” a una serpiente originaria
del norte de África,
cuyo aliento marchitaba las flores y su mirada mataba. Más tarde Pierre de Beauvois en su
“Bestiario” nos narra que dicho animal puede tener dos tipos de nacimientos, uno
como hijo de la cabeza de la Medusa y el otro nos habla de éste animal como nacido de un huevo deforme de gallina, empollado por una serpiente, naciendo en la luna llena. La cocatriz,
por el contrario, nacería de un huevo de serpiente empollado
por una gallina.
También en época clásica nos encontraremos con el “Anguipedo” una divinidad sectaria,
que aparece en amuletos y cuya iconografía era una cabeza de
gallo y piernas de serpientes, también confundido a veces con el culto al dios
pagano “Abraxas”2
1 También llamado Abrasax o Abracax, por los etruscos,
y Abrxia, por los druidas celtas,
este Dios es de origen
Gnóstico y se suele representar con la figura de un ser con cabeza de gallo y con dos serpientes con cabeza en lugar de piernas. La mayoría de veces con armadura en el pecho y siempre con armado de látigo y escudo.
La palabra Abraxas es simbólica pues
cada una de las letras correspondía
con uno de los planetas conocidos en aquella época y la suma de sus letras dan 365, el equivalente a un año. Es posible que los primeros Gnósticos
tomaran esta Deidad del Dios egipcio abrak sax, que significaba “Palabra sagrada”. Y también es muy posible
que la famosa frase abracadabra, que todos hemos dicho y escuchado en muchas ocasiones provenga
de este Dios.
7
Figs.-Diferentes
representaciones de talismanes con la figura del
anguípedo.
Fig.-Diferentes representaciones del Dios pagano Abraxas.
En la literatura clásica,
más avanzada en el tiempo es curiosa
la reiteración de ambas figuras, Gallo
y Gallina, como ocurre en “La
Celestina” de Calisto de Rojas, ya que la aparición de ambos en la misma es muy escasa. La primera aparición es en una conversación
entre Calisto y Sempronio acerca de la Celestina, éste le cuenta a su amo, la mala fama que tiene la alcahueta,
mencionando así la misa del Gallo, que visto
así parece carecer
de importancia,
pero examinando más detenidamente, de conformidad con el folclore
y ciertas citas en bestiarios de la
época, es fácil, relacionar al Gallo con el amanecer, siendo cada día el primero
en anunciarlo, esto no es sino símbolo
del segundo advenimiento
y resurrección de Jesucristo, del cual se le atribuye al gallo el ser el primero
en presenciarlo y al
igual que con el amanecer, anunciarlo
a todos con su grito o canto, ésta tradición probablemente devenga de tradiciones paganas anteriores, en sus cultos de inicio de
invierno y verano, por tanto al advertir en cualquier
texto la aparición
de la imagen del gallo, podamos entender que probablemente haga mención a la
resurrección de Jesucristo, a su nacimiento.
También podemos relacionarlo con la alquimia
e incluso la brujería, ya que ambas pretenden buscar formas para encontrar
la vida eterna o la resurrección de los muertos. Es ésta naturaleza la que los carga de una importante simbología cristiana. “Juan 18:27 “Pedro volvió a negar y al instante
cantó un gallo”.28 La gallina
pese al tópico popular de cobardía, por influencia del cristianismo en la Edad Media, significaba todo lo contrario, la valentía,
la entereza referenciándola con la figura de Jesús, con su valentía
y su capacidad de dar su vida para defender a sus hijos…”!Jerusalén. Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que les son enviados! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina reúne a sus pollos bajo
las alas, y no habéis
querido!” Mateo 23:37.
1 Bestiario Medieval, ed. Ignacio Malaxecheverría, Madríd. Hace una gran mención indirecta el bestiario sobre el gallo. En el apartado del basilisco podemos ver que indica que nace del gallo, esto simboliza
la antítesis Vida-Muerte, del mismo modo que Dios-Diablo; dando a entender
que sin la vida no hay muerte y que sin Dios no hay Diablo. En otros fragmentos podemos ver que el gallo, cuando
está viejo puede gestar en su interior algunos
animales considerados indeseables, como anfibios o serpientes, pero distintos al basilisco. La eterna
lucha entre el bien
y el mal, herencia de
la dualidad Platónica.
2 Podemos ver esto claramente en otras culturas: Gallo en inglés es Cock, homófono
y homógrafo del aparato reproductor
masculino en inglés (cock).
También hemos de indicar distintas
connotaciones paganas de índole puramente sexual, el gallo representa a
un
ser
altivo
y
curvo
relacionado
con los objetos de forma fálica.29 Otros autores
también lo observan en sus connotaciones literarias, Severin afirma en su obra “Animals in Celestina”…”Sin embargo, esto también tiene connotaciones positivas: Coraje, el amante cortés, el marido constante; Representando
la resurrección y la vida eterna….”. Pudiendo relacionarse con la mayoría de los personajes masculinos en los momentos
en que en la obra atisbamos un cierto halo de erotismo o en los momentos en que Calisto es un claro
exponente del amor cortés, llegando a límites
que rozan la comedia.
En “El Ciprianillo” y en “La historia del diablo” de Vicente
Risco, se nos describe
el hecho, que incubando bajo la axila
un huevo de gallo negro puede obtenerse un demonio familiar, el cual, según describen
los grimorios, viene a ser un sirviente demoniaco
para cualquier tipo de servicio. Covarrubias nos habla de la sutil inteligencia del gallo para establecer
las vigilias de noche y madrugada, así como de
su ubicación en la parte más elevadas de cimborrios y torres de iglesias
y catedrales por el oficio que desempeña
de despertar y “… convidar a las divinas alabanzas
desde el punto de la medianoche…”. Ese uso simbólico
puede arrancar desde el mito de que cuando alguien iba a habitar una casa nueva, era habitual
el sacrificio de un gallo con cuya sangre se regaban las distintas
estancias de la nueva vivienda que iba a ser habitada
por personas y animales, con objeto de reivindicar la protección del gallo sobre sus habitantes, trayendo, sin embargo mal agüero el tener un gallo totalmente blanco, bajo ese mismo
techo. Los romanos, árabes y babilonios realizaban prácticas de adivinación,
teniendo en cuenta el movimiento y el paso de éstas
aves (Alectoromancia). En concreto, los romanos colocaban
un gallo blanco sobre un tablero de 28 casillas, que se correspondían con las letras del alfabeto, colocando
un grano de trigo en cada
una de ellas, soltando
posteriormente al gallo, observando que letras iba picando tras ello podía formarse un mensaje del que podía deducirse el porvenir. Otro sistema de adivinación
con el gallo, era su canto y el ritmo del mismo que servía para
poder vaticinar de manera
acertada el tiempo atmosférico que iba a imperar
durante el día, no olvidando
a su vez el uso de la piedra
de su hígado, a la cual
se han asociado desde siempre propiedades medicinales, como ya hemos dicho anteriormente. Incluso para las mancias
tiene importancia el color
del gallo, así en las misas negras se sacrificaban gallos y gallinas negros para obtener los favores de Satán, sin embargo, en las ceremonias del rito vudú, el gallo o la
gallina que se habían
de sacrificar eran de color blanco30
1 CARO BAROJA, Julio (1973): Las brujas y su mundo. Alianza
Ed., Madrid.
2 MORETA, Miguel Ángel y Francisco
ÁLVAREZ
CURIEL (1992): Supersticiones populares
andaluzas. Ed. Arguval, Málaga.
3 CASTON BOYER, Pedro y otros (1985): La religión en Andalucía.
(Aproximación a la religiosidad popular). Introducción de C.E.T.R.A., Eds. Andaluzas
Unidas, Sevilla.
Fig.-Gárgola de gallo en el Monasterio de Batalha Portigal.
Fig.- Grotesco de Abraxas, también llamado Tritón Palacio da Pena,
Sintra, (Portugal).
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